Existe una falta de hambre cuando el hipotálamo del cerebro advierte al resto del organismo con signos y sensaciones percebidos como una alerta de falta de actividad en el estómago. Ocurre exactamente lo contrario al sentir que a determinadas horas del día, o al reaccionar al olor de una comida o su aspecto visual, se tiene hambre.
El cuerpo sigue unos hábitos rutinarios, por lo que si no se lleva una dieta saludable en la que las frutas y las verduras, hortalizas y legumbres estén presentes en la mayoría de las comidas que se hacen durante el día, muy difícilmente se sentirá esa sensación de hambre cuando se nos presenten estos alimentos o se perciba algún estímulo externo que recuerde a ello. Las comidas ultraprocesadas que resultan adictivas, normalmente hipercalóricas, así como los dulces y otros alimentos bastante más sabrosos. Pero en algunas ocasiones, esa sensación de hambre y las ganas de comer determinados alimentos, sean sanos o no, a veces surgen sin un reflejo real de lo que demanda el organismo.
Causas de la falta de apetito
La falta de apetito puede presentarse a través de diversos signos, siendo el más habitual la sensación de que no se quiere o no se necesita comer. Parece que el estómago no surgen movimientos, ni “ruge” por llevar más horas de lo normal sin ingerir alimentos. Normalmente, este problema suele ser de carácter psicológico, en cualquier caso si esta situación se prolonga cabe la posibilidad de descartar afecciones intestinales con el médico especialista. Cuando es el cerebro el que no envía señales de alerta para provocar que se ingieran alimentos y la razón es psicológica, se puede recurrir a un estimulante del apetito.
Cuando los problemas psicológicos ante la comida se convierten en un trastorno alimenticio o suponen un síntoma de una enfermedad preexistente que no se había detectado, como ocurre con las primeras fases de anorexia y bulimia, hay que recurrir a asistencia sanitaria. Son casos extremos que comienzan con una inhibición voluntaria de la ingesta de alimentos, aunque la bulimia no existe una privación de la comida tal como el la anorexia, pero si mecanismos compensatorios co el fin de el fin de perder peso. De todas formas, una temporada aislada en la que se siente falta de apetito puede responder a situaciones de diversa índole y factores como uno de los más comunes, el estrés, provocan que se pierdan las ganas de tomar alimentos.
Cómo estimular el apetito
Un estimulante del apetito puede presentarse en distintas formas farmacéuticas, generalmente contiene ciproheptadina como principio activo. Esta sustancia es popular por la rapidez y eficacia con la que actúa, pero antes de recurrir a su uso, también existen remedios naturales. Existe un amplio abanico de infusiones y jarabes para abrir el apetito ya sea con el principio activo mencionado o a base, únicamente, de plantas medicinales.